martes, 18 de febrero de 2014

BURGOS, SIEMPRE, CABEZA DE CASTILLA... EMBRIÓN DE NUESTRA HISTORIA

Y así es…

En esta ocasión y gracias a un regalo pudimos aprovechar una maravillosa estancia de un fin de semana en un hotel rural, en esta ocasión disfrutamos de un pequeñísimo pueblo llamado Pino de Bureba en Burgos (os prometemos que en próximas entradas hablaremos de éste y el resto de pueblos que pudimos visitar, todos ellos pertenecientes a la comarca de La Bureba). Aunque hoy comenzaremos, como no podía ser menos, por hablar de Burgos.

Lo primero que pasa por la mente cuando pensamos en Burgos es en su magnífica catedral, considerada por muchos la mejor de España, en nuestra opinión, de las que hemos visto hasta ahora y llevamos unas cuantas, sin duda alguna se encuentra entre las tres mejores. No hace falta decir que si os pasáis por Burgos la visita es más que obligada, no os defraudará en absoluto.


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Es bueno saber, que si se va en coche hay aparcamientos públicos cerca de la catedral a unos 5 minutos de ella andando, éstos se encuentran colindantes al Paseo del Empecinado (esperemos que no los cambien por zona azul), si se callejea un poco se encuentran fácilmente.

Todo lo visitable en Burgos está cerca, aunque algunos de los lugares que merecen la pena ver están algo más alejados, tendréis que andar un poquito, eso sí, todo se puede ver a lo largo de la mañana y entrada la tarde. Darse un paseo por Burgos es agradable y muy placentero, eso que ese día nos llovió (y en algunos momentos bastante).
Os recomendamos que os hagáis con un plano de la ciudad y horarios de los monumentos y os organicéis el recorrido un poco, sobre todo por los horarios, para que no perdáis tiempo de un lado para otro, puesto que aunque no están muy alejados unos lugares de otros sí que hay que andar un poquito para ver algunos de ellos.

El Real Monasterio de las Huelgas es otro de los lugares a visitar que no os podéis perder, tan solo puede verse mediante una visita guiada que dura alrededor de 30-40 minutos, merece mucho la pena verlo, pero a la hora de planificación de horarios tenéis que tenerlo en cuenta, ya que se encuentra un poco alejado del casco histórico.

Mientras os dirigís al Real Monasterio de las Huelgas podéis disfrutar del Paseo de la Isla, un espacio natural magnífico de la ciudad burgalesa, por el que poder relajarse, leer y pasear por las orillas del río a la sombra de los sauces. En este lugar, encontraréis bonitas fuentes y unos arcos relacionados con el Palacio Castilfalé. También os recomendamos el Paseo del Espolón, pasear bajo la llovizna es todo un placer  para los sentidos.

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La primera imagen que uno se encuentra a la entrada de Burgos es el arco de Santa María, como curiosidad de este “monumento” añadiremos que se puede visitar de forma gratuita. Se puede acceder a él desde la entrada a la plaza donde se encuentra la Catedral, según uno va a entrar a la plaza encontrará una puerta a mano derecha, que le conducirá a unas escaleras por las que subir para poder visitarlo. En el puente de Santa María, se puede encontrar la escultura de “La Castañera”, petrificada bajo el frio hierro del que está hecha,  esperando perpetuamente en las calles de Burgos.

Otro lugar que no os debéis perder es la visita al Castillo, desde allí hay unas vistas privilegiadas de la ciudad, puesto que además hay un mirador donde se hacen unas fotos espectaculares. El castillo en si mismo no es excesivamente llamativo, podréis pasear tranquilamente por sus murallas derruidas, nosotros aprovechamos para hacer la visita guiada a las galerías subterráneas de éste. Para aquellas personas que nunca hayan visitado los subterráneos de un castillo resulta bastante curioso, aunque si hemos de ser sinceros la visita fue bastante decepcionante, apenas bajamos 5 metros bajo tierra, junto a un guía que no hacía de tal en cuestión y 5 minutos después ya estábamos de nuevo fuera. Ésta vez fuimos precavidos y aprovechamos para quedarnos rezagados con respecto al resto del grupo y hacernos fotos. Sin lugar a dudas, si uno lleva “prisa” en su visita no merece la pena esperar media hora para esos escasos 5 minutos de visita.

Una vez vistas las murallas desde arriba, uno puede dirigirse al arco de San Esteban, una de las doce puertas de entrada a la ciudad,  se encuentra orientada al norte, y fue construido en el siglo XII. Su estado de conservación es admirable, y nos presenta una imagen verídica y real de lo que fue en aquellos tiempos.

El Monasterio de la Cartuja de Miraflores es otro lugar que os recomendamos, es el único monumento burgalés al que se tiene que ir en coche porque está bastante lejos del centro,  casi llegando a la salida de la ciudad. Nosotros vimos este monasterio por la tarde, es un lugar muy tranquilo y apacible, y se puede aparcar fácilmente en los alrededores.

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Como no, visitamos otros lugares de gran interés como, la Casa del Cordón, el monasterio de San Juan, la plaza Mayor donde se encuentra la casa Consistorial, la plaza del Cid donde encontrareis una espectacular estatua del Cid, erigiéndose desafiante bajo los pies de la ciudad burgalesa o la plaza de San Juan, el puente de Santa María y el puente de San Pablo están protegidos bajo la tutela de D. Rodrigo Díaz de Vivar, Dª Jimena… frías estatuas ancladas a la historia de la ciudad, y que ya nunca podrán ser olvidadas.

Sin lugar a duda, Burgos, ciudad milenaria e histórica de nuestra España, que se alza elegante, embrión de nuestra historia y nuestro futuro, no deja indiferente a nada ni a nadie.

Valoración de la ciudad: 7,425

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